sábado, 14 de noviembre de 2009

La mentira verdadera

Inventemos una mentira se dicen entre ellos.

Digamos que estás muerto, publiquemos tu necrológica en el diario. Digamos que fue en un lugar lejano, qué se yo... digamos que fue en Kosovo, que pisaste una mina (o que una mina te pisó la cabeza). Y escribamos que tu abuela, la Duquesa, te llora.
Inventemos una mentira que sea para vos y para mi, que nos permita seguir inventando y haciendo de nuestra vida un embuste denso y pesado.
Creemos la ilusión de que la heladera es el refrigerador, que sos un hombre de mundo, que crees en dios o en algún esperpento por el estilo.
Y entonces hagamos un embrollo más grande, matemos a los vivos y revivamos a los muertos.

Dale Cristian
, hagamos eso, que para eso si que sos bueno.

domingo, 14 de junio de 2009

No se

A veces soñaba que me olvidaba todo y al final nunca olvidaba nada. Recorría siempre las mismas calles, me escondía en los mismo bares y quería creer que siempre era distinto.
Me invitaban a esperar y yo esperaba, me convidaban con silencios y yo callaba, y era, o al menos simulaba ser.

Ahora, ya no se.

domingo, 22 de febrero de 2009

Suficiente

He pensado en vos todo el día.
Le he dado vuelta a tu imagen, a tu voz en mi cabeza hasta hartarme.
Me he dicho que ya basta, que es suficiente. Que es una tortura.
Pero aún no se por qué estás tan lejos y tan cerca a la vez.
Mañana espero despertarme diferente, no tener tiempo para vos.
Que mi cabeza esté en otro lado.
Que mis manos estén en otra cosa diferente que no sea dibujarte.
Que mis ojos no se cierren para sentirte.
Que no repita tu nombre siempre, con mi boca, en mi cabeza, soñando.

Ya fue suficiente.

viernes, 22 de agosto de 2008

La indignación del mono

Solo tenía esa frase y la imagen de aquel mono trepado en lo más alto de la jaula.

jueves, 24 de abril de 2008

Cañada

He recorrido La Cañada de subida y de bajada. Lo he hecho desde donde se junta con el Suquía hasta donde sus farolas son solo postes decabezados a piedrazos. Lo he hecho de ambas orillas y por las dos veredas; bajo los árboles, entre los taxis y el esquivando el voceo de los vendedores de diarios.

He visto hacia su fondo de cemento en los días de invierno en que es solo un chorrito miserable y me he estremecido en el verano cuando se transforma en un río caudaloso, buscando romper el corset que ingenieros y urbanistas le hicieron a medida.

Lo he contemplado como un zombie en los otoños transportando medroso enjambres de hojas secas hacia un destino desconocido y me he interrogado muchas veces sobre el puerto final de su flota colorida de botellas plásticas vacías.

He arrojado a sus aguas turbias tickets viejos y poemas nuevos. Me he reído de aquellos que han soñado en navegarlo en algo más que palabras. Lo he cruzado en marchas chicas y grandes, lo he atravesado en pensamientos olvidados, y muchas veces -la mayoría- lo he vadeado sin oír su rumor ni las risas de los borrachos que beben sentados en el calicanto.

A pesar de todo a La Cañada no la conozco, no la sueño ni la busco. Se que está allí, estuvo antes y estará después, larvando su bronca destructiva hacia esta ciudad que un día tuvo la mala idea de ponerse al medio, disciplinándola a fuerza de hormigón, acero y piedra.

domingo, 13 de abril de 2008

Vida nueva

Puedo armarme una vida nueva, decir que tengo lo que no, que perdí lo que encontré, que me río de aquellas cosas que me duelen. Puedo transforme en otro y fingirme fugitivo de ciertas miradas. Puedo ser lo que se me ocurra, cacique, indio, cowboy o galeno. Puedo decir que detuve la rueda del tiempo, puedo cambiar mi voto, mi opinión y mis palabras.
Puedo borrar con el codo lo que escribí con la mano y escribir de nuevo algo distinto (pero igual) para olvidarlo mañana o dentro de cinco minutos.
Puedo enamorarme de la mujer que odio y darle un abrazo fraterno a quien deseo acuchillar. Puedo mentir y decir la verdad al mismo tiempo, ser alquimista de la palabra o comerciante de convicciones.
Puedo actuar sin ser actor, caminar sobre el agua sin ser Cristo, armar una revolución sin ser Lenín, tener hambre aunque esté repleto.
Puedo hacer todo esto y más, si consigo un lugar en un reality show.